Perro agresivo: explicación y consejos

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¿Qué es un perro agresivo?

Un perro agresivo se caracteriza por su hostilidad, su brusquedad, su tendencia a oponerse y su facilidad para atacar. La agresión suele producirse bajo un momento de frustración o de presión y puede manifestarse tanto en un comportamiento dirigido a otro perro o hacia los demás.  

El perro no es agresivo por naturaleza. Más bien, es todo lo contrario, es de naturaleza sociable. El perro aprende a vivir en manada, a defenderse y a protegerse respetando una cierta jerarquía para evitar así disputas y luchas interminables que podrían poner en peligro a todas las otras especies animales.

Por lo tanto, este animal es básicamente un animal social. Los perros, al igual que los lobos, viven en manadas dentro de una estructura social establecida donde la anarquía no está permitida. La estructura animal tiene generales, soldados, comandantes y subordinados.

Desgraciadamente, este comportamiento completamente natural es a menudo distorsionado por los humanos. Los seres humanos seleccionan a veces una parte de su carácter y destruyen y rompen esta parte de la educación del perro para agudizar e incitar al máximo el enfrentamiento entre los ejemplares, a menudo entre los machos, los humanos incitan así a algunos ejemplares a luchar hasta la muerte a causa de la desnaturalización y desvirtuación de sus genes ancestrales.

La agresión intensa y continua en los perros no es obra de la naturaleza, sino del hombre, por desgracia.

Posibles causas de la agresión

Ciertas situaciones pueden provocar en el perro la necesidad de protegerse a sí mismo, a su familia, de defenderse o de estar preparado frente a cualquier cosa que suceda tras haber intuido un posible peligro.

El dolor

Un dolor intenso y bastante repentino puede hacer que un perro sea más agresivo, como por ejemplo en el caso de un ataque de artrosis, una lesión, cuando es pisado en la cola, o si se le tira de las orejas, etc.

Agresión sexual

El macho naturalmente aparta a otros machos cuando quiere reproducirse y aparearse. El ejemplar más fuerte que suele tener el mejor potencial genético es el que asegura la perpetuidad de la especie al ganar las batallas para determinar así el macho reproductor del grupo.

Un macho no castrado puede a veces mostrar agresividad cuando una hembra de su entorno está en «celo» y no puede alcanzarla.

Protección maternal

Por naturaleza, la madre debe defender a toda su camada mientras los cachorros no sean aún autónomos. Ella los defiende a todos y contra todos. No importa ante quien los tenga que defender ya sea el padre de su descendencia, otros perros, otros animales e incluso a veces contra los humanos si es necesario.

Protección territorial

En la naturaleza, la manada defiende su espacio determinado ladrando, gruñendo, luchando y marcando el espacio con su orina. El perro domesticado puede hacer lo mismo para proteger su espacio vital.

Mala socialización del perro

Un perro que ha vivido aislado la mayor parte del tiempo sin ningún contacto con otros perros o humanos estará muy asustado en cuanto estos se le acerquen. La aprehensión y el temor lo aterroriza y suele evitar cualquier posible acercamiento. Si no puede huir, podrá atacar, ya que el miedo es demasiado intenso para ofrecerle cualquier otra solución.

Pésima jerarquía

El amo que no se impone como líder de la manada con su perro crea una situación que puede inducir al perro, posiblemente, a rechazar la sumisión. Por ello, seguramente, el día que el amo se enfrente a él, el perro se opondrá a su voluntad para establecerse así como el líder de la casa y poder hacer más tarde lo que  le plazca.

Mal adiestramiento

Se debe realizar y llevar a cabo un adiestramiento adecuado para cada ejemplar en concreto. Un perro perfectamente equilibrado y bien adiestrado generalmente responde a las órdenes sin oponerse. Si no se aplican las reglas de adiestramiento y el perro está mal adiestrado, puede surgir una orden en la que el perro reaccionará de forma muy diferente.

El estrés o la tensión en el entorno

Cuando el amo está estresado, el perro lo siente. Cuando al dueño no le gusta alguien o algo, el perro lo siente. Tanto los humanos como las mascotas emiten ciertas señales que pueden alertar al perro y ponerlo en modo de protección para estar preparado para cualquier eventualidad.

Razas principalmente afectadas

A pesar de la creencia popular y de todos los perros agresivos que se ven en las películas, como la mayoría de los Doberman o los Rottweiler, estas razas de perros no son más agresivas que otras cuando se tratan y se adiestran adecuadamente.

Ningún perro viene al mundo con una naturaleza agresiva. Desgraciadamente, a menudo se vuelven agresivos debido a la incomprensión de los humanos de manipularlos de manera equivocada.

En realidad, un Chihuahua, Gran Danés, Mastín, Yorkshire Terrier o Bichón Maltés pueden convertirse en perros agresivos. Sin embargo, ninguno de estos perros llega al mundo estando dotados de agresividad, pero todos pueden desarrollarla sin excepción alguna. 

Un perro muy pequeño puede volverse tan agresivo como un perro muy grande. La única diferencia es que el daño suele ser más grave en presencia de un perro muy grande debido a su mayor capacidad física.

Por lo tanto, todas las razas de perros pueden volverse agresivas si no son respetadas por los humanos teniendo en cuenta su particular naturaleza. 

¿Cómo se puede prevenir la agresión en los perros?

Dado que la agresividad es una reacción espontánea y desproporcionada, puede ocurrir muy a menudo que el perro no haya aprendido a controlarse bien y ataque por miedo cuando no hay un peligro real para él.

Ciertas nociones son esenciales para establecer la comunicación entre el hombre y el perro, a fin de reducir el riesgo de agresión en el perro una vez adulto. También es preferible tomar ciertas decisiones para evitar la agresividad en un perro.

Socializar a tu perro

Esta es probablemente la parte más importante del adiestramiento de los perros. Es la socialización la que determina la relación del perro con su entorno, permitiéndole adaptarse o no a las diferentes situaciones que se presentan a lo largo de su vida.

Generalmente, el adiestramiento de un cachorro debe emprenderse después de que sea destetado por la madre. Como los cachorros están a menudo en la casa del criador en este momento, la responsabilidad es ante todo suya. Ya a esa edad, un cachorro debe estar preparado para el papel que tendrá que desempeñar durante su vida.

A partir de esta edad, la vida entera del cachorro estará marcada por sus experiencias. Por lo tanto, es muy importante que todos los encuentros con el joven perro sean agradables y seguros para él.

Todos los descubrimientos hechos por el pequeño perro deben ser agradables y totalmente seguros. Los ejercicios de socialización deben ser siempre supervisados y repetidos muchas veces.

La supervisión de los ejercicios debe ser adecuada para que el perro no experimente ninguna experiencia dañina que pueda perjudicarle a largo plazo una vez que sea adulto.

La socialización exitosa de los cachorros requiere la exposición a muchos elementos y entornos diferentes.

  • Paseos en coche
  • Paseos por los parques urbanos
  • Paseos por las calles de la ciudad
  • Caminar en el bosque
  • Correr alrededor de los lagos
  • Visitar los festivales
  • Frecuentar sitios con multitud de humanos

Cuanto más variada sea la socialización del cachorro, menos temeroso y miedoso se volverá el perro cuando alcance la edad adulta, ya que habrá estado rodeado de mucha gente y habrá experimentado diferentes situaciones. Para un perro que tiene que vivir con su familia, los requisitos son menos exigentes que para un perro guía u otro tipo de perro de trabajo.

Jerarquía

Sin una jerarquía, la supervivencia de la especie canina estaría muy amenazada. Asegura su supervivencia tanto en el estado salvaje como en el doméstico.

En el estado salvaje, el perro no podrá vivir en manada si no es sumiso. Si este ha sido domesticado y el perro actúa y hace lo que le place, muy probablemente, sus dueños no tolerarán esto durante mucho tiempo. 

Para ser equilibrado y vivir felizmente en una familia, el perro debe tener su lugar legítimo. El lugar que le corresponde con los humanos es el de miembro dominado ya que el humano debe dominar absolutamente al perro en la jerarquía familiar.

Si el amo no es dominante, el perro trata de establecerse como líder de la manada dominando a su amo. Una jerarquía poco clara y no marcada causa un desequilibrio en el perro, que puede llevar fácilmente a conflictos y agresiones.

La actitud dominante es muy peculiar. A continuación te presentamos ciertos elementos que deberás tener en cuenta:

  • Pecho hacia adelante
  • Mantente de pie y erguido (como si quisieras hacerte más grande)
  • Mira al perro en la grupa
  • Nunca te agaches cuando le des una orden

El perro, a pesar de su domesticación, apenas ha cambiado desde sus orígenes. Los humanos tienden a rociar la educación del perro con sentimientos humanos y a veces incluso se vuelven físicos para afirmar su autoridad sobre su perro.

Esta forma de hacer las cosas está totalmente fuera de los códigos de vida del perro y lo lleva, por el contrario, a desafiar en lugar de someterse, lo que puede causar un comportamiento amenazador y agresivo del perro incluso hacia su propio amo.

Es importante que la jerarquía sea clara y esté bien establecida de manera tranquila, adecuada y totalmente respetuosa con el perro. Demasiado margen para un perro es totalmente desestabilizador. La competencia del amo debe ser evidente como líder de la manada, de lo contrario el perro lo desafiará continuamente.

Esterilización

Obviamente, esta opción no es una opción fácil para un criador. Sin embargo, en el caso de un perro de la familia, la opción de la esterilización debe considerarse seriamente a fin de eliminar en la mayor medida posible el riesgo de que el perro desarrolle ciertas formas de agresión.

Un perro macho no castrado puede generalmente volverse agresivo más fácilmente que un macho castrado. Una hembra no castrada alimentará el apetito sexual de los machos de su entorno, lo que puede provocar situaciones en las que la agresividad puede fácilmente arraigarse.

Tanto si se trata de un macho como de una hembra, la esterilización del perro de la familia siempre es preferible para evitar ciertas situaciones e incluso evitar así que el perro desarrolle ciertas enfermedades a menudo causadas por las hormonas en ausencia de esterilización.

Conclusión

Adiestrar al perro significa dominarlo totalmente para establecer las pautas de su vida diaria. Un perro que convive con una familia depende de su amo toda su vida y jamás se volverá autónomo como un humano.

El perro es un depredador que los humanos deben saber dominar si quieren vivir juntos y en armonía. Sin embargo, dominar a tu perro no significa abusar de él. La dominación del perro por el humano debe, por lo tanto, hacerse dentro de las normas de la jerarquía canina favoreciendo así un respeto mutuo por ambos lados. 

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