Los perros y la nieve: todo lo que hay que saber
Tras la sorpresa de la primera nevada, la mayoría de los perros agradecen este elemento. Jugar, saltar y correr en la nieve es, por lo tanto, un pasatiempo que le gusta a la mayoría de nuestras bolas de pelo.
Sin embargo, el frío de la nieve no está exento de peligro para ellos y es necesario protegerlos. Veamos los riesgos asociados a la nieve y las soluciones para proteger a tu perro.
Los riesgos de la nieve para tu perro
Los riesgos asociados a la nieve son numerosos pero no excesivamente graves. La mayoría de ellos aumentan con la cantidad de tiempo que tu perro pasa al aire libre en la nieve.
Antes de empezar: riesgos desiguales
En primer lugar, hay que tener en cuenta que no todos los perros se alojan en el mismo signo cuando se trata de la nieve. Los que tienen el pelo corto, el tamaño pequeño, el morro aplastado y/o los perros más viejos son más propensos a temer el frío. Si tu perro está mal de salud, evita ofrecerle un paseo en la nieve. Sólo lo debilitará aún más.
Choque térmico
El cambio brusco de temperatura entre tu casa y el exterior puede ser violento para tu mascota.
Indigestión e intoxicación
Mientras juega en la nieve por pura curiosidad, tu perro puede ingerir nieve. Además de los problemas gástricos (vómitos y diarrea) que puede causar, también existe el riesgo de intoxicación por sal.
Al ingerir la sal utilizada para limpiar la nieve de las carreteras y los pasos, tu perro corre el riesgo de sufrir una deshidratación severa, que puede, en los casos más graves, provocar convulsiones. El reflejo en este caso es rehidratarle al máximo ofreciéndole agua y acompañarle al veterinario que le administrará un tratamiento que facilite la eliminación de la sal de su cuerpo.
Grietas y hendiduras en las almohadillas
Como habrás adivinado, las almohadillas de los perros que caminan durante largos periodos en la nieve se ponen a prueba. Las grietas y hendiduras pueden afectar a tu perro y hacer que se sienta incómodo al moverse.
Quemaduras de sol
¡Y sí! Con la reverberación del sol en la nieve, existen riesgos de quemaduras solares para tu perro. Por supuesto, este es el caso especialmente durante las largas caminatas.
Caminar en la nieve con tu perro
Por lo tanto, en vista de los riesgos y en general, es aconsejable limitar las salidas de tu perro cuando nieva o cuando hay nieve en el suelo. Sobre todo si es más bien frágil o viejo y especialmente si muestra signos de especial malestar.
Sin embargo, esta recomendación no podrá mantenerse por mucho tiempo si vives en las montañas o si tienes nieve regularmente o durante mucho tiempo alrededor de tu casa. En este caso, es mejor preparar a tu perro para esta salida.
Cómo preparar a tu perro para la nieve
Equípalo cuando salgas: los abrigos y zapatos o calcetines para perros pueden ser una buena solución para proteger su cuerpo del frío y la humedad. Comprueba si se siente cómodo, porque no a todos los perros les gustan estos accesorios.
Si tu perro no las acepta, intenta ofrecerle un lugar donde haga frío de manera intermediaria antes de salir de casa. Toca en el vestíbulo o en el garaje antes de salir para limitar el choque térmico entre tu apartamento y el exterior. Esto permitirá que el cuerpo de tu perro se adapte más lentamente al frío.
Caminar en la nieve
Durante el trayecto, no lo pierdas de vista. Evita que coma nieve y asegúrate de que se sienta cómodo. Seguro que conoces a tu perro: si parece vacilante, menos entusiasta de lo habitual o si cojea, puede que se sienta avergonzado por la nieve. En ese caso, acorta tu paseo.
En el camino de vuelta
Por último, cuando vuelvas a casa, retira las bolas de nieve que puedan estar adheridas a su pelaje (sobre todo si tiene el pelo largo) o bajo sus almohadillas y sécalo bien.
Si, a pesar de su supervisión, ha tenido comportamientos de riesgo (como comer nieve), mantenlo observado en las horas siguientes a la salida.
En general, estate atento a tu perro cada vez que pruebes una nueva experiencia con él: un paseo bajo la lluvia torrencial, un paseo por la nieve, un viaje a la playa… ¡Él mismo te demostrará si está incómodo!
Apasionada de los perros desde siempre, adopté a mi perra de una protectora hace 4 años. Gracias a ella, he aprendido muchas cosas: la alimentación más adecuada, la educación, la acogida de un perro… ¡Multiplico los descubrimientos y los comparto con vosotros!