La pubertad en los perros en 5 preguntas

pubertad del perro

Desde un pequeño cachorro hasta un perro maduro, este animal pasa por un periodo de adolescencia, igual que nosotros los humanos. ¿Cómo es la pubertad en los perros? ¿Realmente padecen una crisis de adolescencia? 5 preguntas (y sobre todo 5 respuestas) para entender la pubertad en nuestros amigos caninos.

¿Qué es la pubertad en los perros?

Al igual que en el caso de los humanos, la pubertad en los perros es el momento en que alcanzan la edad necesaria para reproducirse. En las perras, la pubertad se caracteriza por la aparición del celo. El perro macho, en cambio, puede ver cómo cambia su comportamiento: hablaremos de ello un poco más abajo.

¿A qué edad lo alcanza?

La pubertad en los perros comienza entre los 6 y los 8 meses. La edad de la pubertad depende principalmente del tamaño (y, por tanto, de la raza) del perro: cuanto más pequeños son los perros, antes alcanzan la pubertad.

¿Qué diferencia hay para mi perro?

La pubertad tiene varios efectos en el perro. Son físicas, conductuales y mentales al mismo tiempo, y dependerán de su sexo.

Físicamente

En las hembras, el primer signo de la pubertad es el inicio del celo. Al inicio del celo, tienes dos opciones: esterilizar a tu perra o mantenerla con correa cerca de ti. Si tienes dos perros, asegúrate de esterilizar a uno de ellos para evitar sorpresas cuando estés fuera 🙂

En los machos, la transformación es física, especialmente en las razas que ganan grosor. Por ejemplo, el American Staffordshire Terrier y los staffies «ganarán músculo» durante este periodo (el cambio es un poco menos obvio en las hembras).

Comportamiento

Desde el punto de vista del comportamiento, la diferencia es evidente en los machos.

Por un lado, los cachorros empezarán a levantar las patas para marcar su territorio cuando vayan a hacer sus necesidades.

Por otro lado, y puede ser más molesto, la pubertad es el momento en el que las luchas de poder (especialmente para las perras) van a ser más llamativas. Hasta ahora, otros machos olían el olor del cachorro y aceptaban al perro sin inmutarse. En la pubertad, pueden revelarse comportamientos más agresivos por parte de tu perro y/o hacia este. Vigílalo y prepárate para intervenir.

Por último, algunos perros tienden a huir con frecuencia, al menos cada vez que hay una hembra en celo cerca.

Mentalmente

Tu perro o perra pondrá a prueba los límites. Las órdenes que antes eran bien conocidas se cuestionarán regularmente durante un tiempo. Manténte coherente y recto: ¡es solo cuestión de tiempo!

¿Cómo se pueden mitigar estos comportamientos?

Aunque algunos comportamientos están relacionados con la edad (mini actos de rebeldía, por ejemplo), otros pueden ser más embarazosos y poner en riesgo la salud de tu perro. Es el caso de la agresividad excesiva o de huir con demasiada frecuencia.

Para mitigar estos comportamientos, la llamada a un conductista es una primera solución. Te ayudará a comprender mejor a tu perro y a responder a sus problemas mediante la educación.

Otra solución más radical es la esterilización.

¿La esterilización provoca un cambio en estos comportamientos?

Mientras que en las hembras, la esterilización suele adoptarse para evitar embarazos no deseados o visitas no deseadas de perros vecinos, en los machos, la esterilización suele ser una forma de cortar de raíz (como ocurre) las actitudes problemáticas de los machos, como las huidas o la agresividad.

Si esta solución no es 100% efectiva (especialmente si las razones de la agresividad de tu perro están relacionadas con un trauma en lugar de un instinto de dominación), la esterilización puede proporcionar una solución rápida. No dudes en pedir consejo a tu veterinario.

Ten en cuenta: si adoptas en asociación, la esterilización será muy recomendable o incluso obligatoria para validar la adopción de tu mascota.

La pubertad es, por tanto, el momento en el que el perro es capaz de reproducirse. Esto no está exento de consecuencias y algunos perros (especialmente los machos) desarrollan comportamientos peligrosos que hay que frenar rápidamente para evitar que se conviertan en verdaderos rasgos.

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